Sí los educadores no colaboran con las familias, la educación no tendrá éxito.

domingo, 7 de abril de 2013

¿POR QUÉ HAY UNA BAJA PARTICIPACIÓN DE LOS PADRES EN LOS CENTROS DE EDUCACIÓN INFANTIL?

Aunque actualmente la participación de las familias en los centros educativos es muy baja, hay que decir que ha ido aumentando poco a poco con los años, esto puede deberse a que cada vez más familias dan más importancia a la educación de sus hijos y quieren formar parte de ella. También hay que tener en cuenta que las leyes educativas han ido evolucionando, ya que antes no se les daba ni la mínima importancia a las familias y ahora poco a poco se les ha otorgado más por lo que la participación ha aumentado pero no tanto como debiese.

Por eso, hay que decir, que aunque se ha aumentado la participación, esta sigue siendo considerablemente baja. Y todos los maestros y educadores deberíamos contribuir a que esta participación familiar vaya aumentando considerablemente para que la educación de los niños sea efectiva e integral.

Después de esta pequeña introducción vamos a numerar algunas de las razones por la que los padres y madres no participan en los órganos del colegio. Estas pueden ser:


  •     En España hay una escasa tradición por el asociacionismo.
  •     Falta de estímulo a la participación de los padres: la mayor parte de los padres no conocen los cauces para la participación de los centros educativos ni las funciones del consejo escolar. Culpando de ello tanto al centro educativo, por su falta de información como a la  administración educativa, por la escasez de acciones para la formación de los padres.
  •      Falta de motivación de los padres y madres: apatía, dejadez de responsabilidad, comodidad, etc.
  •       No se conocen lo suficientemente entre ellos para elegir representante.
  •       Incapacidad del centro educativo para mover a las familias.
  •     Actualmente, tanto el padre como la madre trabajan gran cantidad de tiempo para sustentar económicamente a la familia, por lo que no poseen el suficiente tiempo para dedicarse íntegramente a la educación de sus hijos, por lo que no participan con los centros.
  •     Los padres tienen una baja representación en los colegios ya que solo tienen acceso a la modificación y mejora de la organización del centro. Esto puede desmotivar a muchos padres haciéndoles pensar que su implicación en colegios apenas es útil, no se sienten participes del sistema educativo e inclusión no se sienten incluidos en la comunidad escolar.
  •     Muchos colegios ven a la familia como un impedimento para la educación y colaboración con el centro. Y esto debería verse al contrario, como algo de suma importancia para la gestión de los centros educativos.
  •     Algunos padres piensan que el colegio debe ser el único que eduque y enseñe a sus hijos, siendo su función únicamente pasiva, sin colaborar en esto.
  •      Los padres pueden mostrar desmotivación ante la participación en el colegio, pues pueden poseer poca formación y como consecuencia realizar pocas aportaciones al centro, sin saber entonces cómo participar. Esto es debido a estereotipos o ideas equivocadas sobre el funcionamiento de los consejos escolares, al considerar que los temas que se debaten en sus reuniones son muy técnicos y específicos.
  •           Su interés está en los profesores de su hijo, no en el funcionamiento del centro.
  •     Problemas de desplazamiento.
  •     La participación de las familias está íntimamente relacionado con el nivel socioeconómico y la edad de los hijos.


Como conclusión, en cuanto a la Educación Infantil hay que decir que los contactos informales entre la familia y el centro son muy altos, pero estos contactos consisten más en informarse acerca de cómo se “ha portado” y si “le ha pasado algo malo”, que ligado a la información del proceso educativo del niño. De hecho, estos contactos van disminuyendo a medida que el niño crece.

Esto puede deberse a que la educación infantil (anteriormente llamada educación preescolar) se implantó en España como una extensión hacia abajo de la educación obligatoria, es decir, como una etapa asistencial para cubrir la necesidad de “dejar” a los niños en algún centro. Fue pensado para las familias en las que tanto el padre como la madre trabajaban y no tenían donde dejar a sus hijos.

Este concepto debe cambiar para que los padres poco a poco vean la educación infantil como una etapa educativa, y su colaboración con el centro educativo (y viceversa) como algo primordial para que la educación de sus hijos sea de calidad. En este punto tienen mucha importancia la actuación de los educadores ya que deben motivar a las familias en su participación activa y hacerles entender que sin ellos la educación no sería una “educación de calidad”.

Bibliografía

·         Apuntes asignatura: Educación y Sociedad. (Purificación Cruz). 2º de Educación Infantil. 2013.

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